BUENAS NOTICIAS

Ayer en la tarde la profesora Aceneth Perafan, profesora adscripta al Departamento de Humanidades y Dra. en Ciencias Sociales se acercó con cara de inquietud.

-¿Podemos conversar?

- Si claro, pasa, siéntate… ¿A ver que pasa?, le digo…

- Es que me presente en junio al concurso de UNIVALLE y me seleccionaron…

- Felicitaciones Aceneth, que rico que tenga ese reconocimiento, de verdad, se lo merece. Eso me confirma que no estábamos equivocados cuando aprobamos su candidatura para venir a nuestro Departamento.

-¿No está bravo, molesto?

-No, me parece que todos tenemos opciones y que bueno que fuera aceptada, eso demuestra que tenemos un equipo fuerte, eso prestigia nuestra Universidad.

-¿y entonces?

-Presente su carta de renuncia dados los compromisos y lo que le pido es que cumplamos con los acuerdos iníciales: Publicar su libro de tesis doctoral con nosotros.

-¿y que más...?

-Si quiere, escoja un proyecto de todos en los que ha trabajado y mantengamos un compromiso académico más allá de la amistad y el afecto. Manténgase vinculada al grupo de investigación y quiero ofrecerle espacio en los postgrados que en corto plazo abrimos en la Maestría en estudios Afroamericanos. Fortalezcamos relaciones interuniversidades contigo allá.

-Cuente con ello y gracias, es que estaba preocupada.

-No, la vida académica es así.

Para unos podrá ser una perdida. No pienso así, es una prueba más que tenemos en nuestro cuerpo docente personas de alto nivel, ¿Que decidió un nuevo espacio?, si, pero las comunidades académicas en estos días no son cerradas y allí, allá o acá, Aceneth trabajará con nosotros y fortalecerá la credibilidad que hemos venido ganando poco a poco.

Yo le deseo lo mejor en lo personal y profesional, ella sabe que aquí tiene su espacio cuando quiera y se que todo nuestro equipo lo comparte así.

Gracias amiga y colega por lo que aprendimos contigo, gracias por tu sonrisa.

Pedro Pablo Aguilera

RESPUESTA A UNA PREGUNTA REPETIDA

Algunos de los que hace unos años fueron líderes estudiantiles del CER en el 2001 y otros de ahora, me han preguntado porque no les explico cual fue mi experiencia como dirigente estudiantil. Nunca he aceptado, no lo haré tampoco. Las razones son simples:

1. Mi experiencia, como la de cualquiera es independiente del aquí y el ahora. Mi tiempo, mi espacio y realidad, incluso mi persona son irrepetibles. Por lo tanto como dijera José Carlos Mariategui, “ni calco, ni copia, solo creación viva”, es la receta única.

2. La etapa de estudiante es única en todo sentido y cualquier mirada, voz o apretón de mano ajena a su entorno la profana conciente o inconcientemente. El estudiante debe vivir su momento como una mujer o un hombre se enfrentan solos al primer encuentro sexual, llenos de mitos, leyendas y consejos pero al final queda solo/a ante el otro/a irremediablemente. Toda intervención externa es profana. Por ello me alejo de dar consejos “puros”.

3. Sobre lo anterior entiendan, mi condición de docente con simpatías por el movimiento estudiantil no deja de quitarme esa primera, el ser profesor. Seamos claros, somos estamentos diferentes y por muchas cercanías hay claras y lógicas diferencias que no pocas veces son encontradas sin ser necesariamente irreconciliables.

4. No quiero repetir historias que trataron de hacer conmigo, eso sería privar al estudiante del placer por asumir el riesgo. No hay nada más placentero como dar ese primer paso sobre nuestro Rubicon y poder repetir “la suerte está echada”. La experiencia no es la reiteración simple y mecánica, es la sumatoria de aciertos y errores individualmente asumidos.

Por todo ello mi respuesta ha sido no. Mi experiencia es mía, la disfrute tremendamente con victorias y derrotas. Fui contestatario y heterodoxo. Fui también sancionado por ello (y es que la lógica de militancia política en mis circunstancias implicaba renunciar a tu voz por la voz de los otros), pero siempre fui independiente. Otros menos arriesgados compañeros míos han sido gratificados como ahora sucede con ser Ministro de Relaciones Exteriores, suerte de Bruno.

Les deseo buen viento al movimiento estudiantil, que esté comprometido para con el estudio, la cultura, el deporte y la construcción de un mundo mejor, porque es posible. Ustedes deben aprender y construir su camino pero como he dicho, más allá de que exista o no proceso electoral porque la política no es un instante, es una forma de vivir al límite por un proyecto, y proponer alternativas que lo hagan viable junto a los otros, en este caso los diferentes estamentos.

Pedro Pablo Aguilera

¿COYUNTURA O COYUNTURAL?

Mi abuelo Diego participó en las primeras luchas de los años 20 por la autonomía universitaria en el gobierno de Machado, mis padres fueron del Directorio Estudiantil que asaltó el Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 para derrocar a Batista. En mi caso, la lucha fue por la calidad académica y nuestra consigna era “alegres pero profundos” fue eso entre 1977-1982. Cada generación vivió un momento pero todos fuimos conscientes de que había una historia muy propia y no de otros, la de la FEU creada en 1922 por el inquieto Julio Antonio Mella en la UH fue y es ella.

Digo esto porque siempre, en estos doce (12) años me he preguntado porqué el movimiento estudiantil en la USC aparece cada tres años en la coyuntura electoral y sobrevive en una suerte de hibernación el resto del tiempo con apariciones coyunturales y nuevas denominaciones CER, CES,…siempre fragmentados y por momentos creo son clones de otras organizaciones estudiantiles de la región. Porqué, tan pocos interesados en la dinámica estudiantil como movimiento y organización existiendo espacio y lugar desde el cogobierno como filosofía y práctica real para que todo sea tan diferente. Son preguntas no en la coyuntura, son preguntas que les he hecho a los muchos-pocos, que hablan de Consejo [Comité, Coordinadora] Estudiantil Revolucionario o Santiaguino; CER o CES u otros.

¿Cómo es posible tanta fragilidad? Cuando la historia del movimiento estudiantil universitario en el Valle del Cauca comienza justamente en la historia por el cogobierno en 1968 en nuestra Universidad y no como aparece referenciada en varios trabajos en 1971 con las jornadas de lucha en la UNIVALLE.

Razones habrá, las hay, pero lo que no deja de crearme zozobra son los movimientos, agrupaciones que germinan por o dentro de la coyuntura o lo coyuntural. Tal rasgo hace efímero cualquier proyecto.

Me gustaría ver un movimiento estudiantil fuerte, pujante, unido, con asideros en nuestra historia, la de la USC y comprometido con la construcción de país, incluyente, argumentativo y respetuoso de la diversidad (en todo sentido). Desearía un movimiento estudiantil crítico e independiente, pero profundamente culto en el sentido más amplio; y comprometido para con la alta calidad académica e investigativa.

En abril del 2010, cuando no estemos en esta coyuntura, me gustaría pensar en que muchos sigamos interesados por las mil cosas que debemos fortalecer y construir en nuestra universidad más allá de lo coyuntural que hoy dan pretexto para responder a su invitación de escribirles. Por ahora, el Departamento de Humanidades tiene su Oficina de Cogobierno en donde están los tres estamentos representados con independencia y autonomía; con un axioma único, muy político por cierto; con la USC todo, contra ella, nada.

Pedro Pablo Aguilera